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Illimani

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El Illimani con sus 6.462 metros y cuyo nombre surge de la voz de la lengua aimara que quiere decir “águila dorada”; cuenta con más de 8 km de longitud y cuatro cumbres que sobrepasan los 6.000 msnm.
Desde la ciudad Chuquiago Marca se observa esta magnífica montaña más o menos a unos sesenta kilómetros de la ciudad de La Paz.
Considerado o denominado nevado, es un volcán extinguido, que realizó su última erupción en el año 1869.
Escalar el nevado es un gran atractivo turístico, el primero en subir fue Sir William Martin Conway de Allington en 1898. Para todas aquellas personas que disfrutan de una buena montaña, y más aún, de su ascenso, es una sensación indescriptible que permitirá disfrutar de sus inigualables paisajes, contrastes, ecosistemas y sus nieves eternas.
Al llegar a la ciudad de La Paz la gente logra divisar una majestuosa e impactante figura que deslumbra a la distancia. Resulta inevitable dedicar una fotografía, un verso o una canción al majestuoso; como fue el caso de la agrupación Wara quiénes aseguran que el Illimani es el centinela de La Paz, Perla andina de Bolivia
La cultura de los aymaras nos habla de los achachilas como dioses que viven en los nevados, apachetas y cerros. Los achachilas son los encargados de proteger los nevados, y es por ese motivo que la gente visita los nevados para realizar ofrendas, la ch’alla, el alcohol y vino dulce para saciar el hambre de la Pachamama (madre tierra) y de los achachilas.

MITOS Y LEYENDAS
Uno de los más conocidos es el relatado por Fernando Díez de Medina en el libro Nayjama.
“Cuenta esta leyenda que Wirakocha, dios supremo, decidió que cuatro soberanos reinarían en paz en la cordillera; sin embargo, la arrogancia y el ansia de poder hizo que uno de ellos se enfrentara a sus compañeros en un combate apoteósico que duró un milenio. Harto del conflicto, Wirakocha envió a Thunupa, la figura de la justicia y el equilibrio, para que pusiera orden. Después de escuchar la explicación de los cuatro guerreros, Thunupa dictaminó:
“Sólo tres conductores tendrán señorío en la cordillera. El Señor de Luz será de hoy en adelante Illampu, el centellante; el Señor de Agua se nombrará Illimani, el resplandeciente, y el señor de Piedra se convertirá en Wayna Potosí, el joven bramador”. Luego cogiendo su honda divina, puso en ella un pedrusco de oro y al tiempo de lanzarlo zumbando por el cielo en dirección a Huayra Apu o Señor del Aire, dijo: “Rebelde fuiste, solitario quedarás y menguado en poderío. Truncaré tu insolencia y tu estatura: serás partido en dos. ¡Sarjama! (vete) dijo Thunupa. Tú
eres el Alejado, Sajama te nombro en memoria de tu estupenda rebeldía”.
Y así, la montaña descabezada se convirtió en el Mururata y la gran roca que fuera su cabeza es el nevado Sajama”.

• Fuente: KUBO SRL. | deskubre
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