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Tinkus, unritual hecho danza

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El tinku, fiesta ritual típica de la zona Norte de Potosí, la danza es la simbología del encuentro de dos comunidades en su pelea a muerte; sus pasos simbolizan la batalla armoniosa, de dos contendientes, que se golpean por turno y con cierto orden, haciendo un movimiento rítmico de sus cuerpos como lo demuestra la danza.
El rito consiste en un combate hasta derramar sangre, donde cada contendor esta vestido con una montera de cuero para protegerse  de los golpes en la cabeza y en la mano lleva una rama llamado ñuk’u.
En estos últimos años, las diferentes entradas folklóricas han sido enriquecidos con la basta presencia de fraternidades representando la danza del "tinku", lo que llama la atención por su expresión singular y sus características de beligerancia y belicosidad que se manifiesta en los enfrentamientos personales o "tinkunacuy" del norte de Potosí.
Existen criterios dispares que tratan de explicar la causa generadora de está práctica ancestral entre los habitantes del mundo andino, particularmente representada por "Laimes", "Jucumanis", "Qaqachakas", etc.; ayllus pertenecientes al Norte de Potosí y Sur de Oruro.
Tinku es una palabra quechua que significa "encuentro, unión, equilibro, convergencia", que también representa las peleas rituales en las que se encuentran dos bandos opuestos, frecuentemente llamados Alasaya (lado de arriba) y Majasaya (lado de abajo). Parece un combate guerrero, pero en realidad se trata de un rito.
El Tinku es el encuentro de dos elementos que proceden de dos direcciones diferentes: ¨Tincuthaptatha, encuentro de los que van y vienen en el camino¨. No se trata pues, que uno de los dos elementos aplaste y derrote al otro, la oposición no es "a muerte", sino "a vida". De la oposición nace la vida, es el ámbito de la fecundidad y la reproducción.
En el Tinku antiguo las luchas se daban en un estado de embriaguez y demostración de machismo que llegaba a desbordes de salvajismo y canibalismo. Cuando caía un herido los de la comunidad contraria lo recogían, llevándoselo a su sector donde lo castraban inmediatamente, y si era mujer le cortaban los senos, sacándole las entrañas; masticando el hígado o el corazón, en señal de triunfo, actualmente esta costumbre ha desaparecido, gracias a un control policial que se lleva a cabo en el pueblo, que no permite que el ritual degenere en un Tinku antiguo.

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